100 x 100 Yo.

Como no iba a ser menos que mi único lector, también le dedico una entrada a mi centésima entrada.

Acabo de volver de Turquía, es lunes. El viernes tengo la reunión esa del tuto... con gente de un año menos... qué pereza. Aqui hay confianza, mi madre casi se muere en Turquía. Se cayo en un pozo de una ciudad subterranea qe estabamos visitando. Yo lo vi. Vi cómo se caía. Cómo se hundía en un abismo indefinido. Y grité "¡Mama!" y me fui. No podía verlo más. En seguida se acercó la gente del grupo del tour y le ayudaron a subir. No sé cuanto medía el agujero, pero se que se levantó envuelta en rojo vivo comunicando que se encontraba bien y me hundí en la desesperación. No podía estarlo. Se podría morir. Ayi en Turquía. Tan lejos. Tan debil. Lloré. La sangre que salía a borbotones de los dos orificios de su cabeza recorrían su cuerpo, su ropa y se me clavaban en la memoria. Cada gota... cada mirada. Abrazos compasivos, voces compadecientes, calor humano. Humanidad. Eso se olía a distancia en ese momento. Creo que tal vez lo que duela de la muerte de un ser querido sea ese momento en el que le ves en la linea de fuego o ese momento en el que te lo comunican. Y lo que vi alli, nunca más.



Dicen que fue un milagro. Porque no se rompió nada entonces pudieron recogerla "facilmente" para pararle la hemorragia de la cabeza y luego sacarla para ir al hospital. No creo en los milagros... o si.