Now and then, i get insecure...

El titulo es de una canción de Christina Aguilera que me encanta... se llama Beautiful y bueno, no viene a cuento que explique de qué va, pero básicamente habla de que todo el mundo el guapo y que las palabras no te pueden derrumbar etcetc.

Es martes. Ah, y por cierto Cosme, acabo de leer tu comentario puedes tardar lo que quieras creo q eres el único que lee esto, pero sigue siendo terapeutico asi que aún merece la pena. Es martes. El domingo llegué de Málaga, de ese universo paralelo en el que me interno durante una semana al año. Lleno de atriles, pentagramas, alcohol, sexo, drogas, (no había rock... no mucho desde luego), flautas y mucho mucho amor al arte. Todos los años me entra bajón en ese sitio, porque ves como todo se escapa de tus manos, es como una melodía que se aleja poco a poco, es como el efecto inverso del canto de una sirena, tienes que dejarlo pero no quieres. En mi caso, creo que lo más sensato sería rendirme ante el altísimo nivel y dedicación que tienen otras personas con la flauta, pero no puedo. Siempre que pienso en la idea de dejarlo, me entra un bajón. Pero no me veo con futuro allí. Interfieren muchísimos aspectos... por ejemplo, hay sitios como el Conservatorio de Leioa en los que cogen sólo a la gente dispuesta a darlo todo por la flauta, les preparan como a máquinas desde pequeñitos, parecen radios andantes y a este carro ya llego tarde. Luego están los niños virtuosos, había una de trece años en mi cursillo. Su madre era directora de conservatorio, le ejercería una presión de la ostia. Una niña con el aspecto físico entre la novia de chucky y la abuela de la fabada. Prepotente y asquerosamente repipi. No se comió dos ostias mias porque soy una señorita. No, no lo soy, prefiero que se de la ostia un día ella solita. Por tonta. Y también está la gente normal. De los cuales sobreviven los que tienen mucha seguridad en si mismos, muchas ganas de meter horas y en fin... un trabajo duro.


El caso es que este año, el nivel era impresionante. Nunca había visto nada igual. El caso es que fue muy raro, el hombre que más apoyo me había dado, parecía decepcionado. Exhausto desde luego con la virtuosidad de la niña repipi. Y pasando de largo como si fuera a perder un autobus siempre que le veía. Respondiendo siempre en su tono grave, lento, pero más seco de lo normal. Me sentí como traicionada. Y la última noche, una profesora que me había tocado todos los años anteriores pero que en Málaga solo estaba de paso, vino cuando yo ya llevaba unos vasitos de más a tener una conversación de las que se tienen que tener sereno. Quería saber qué pensaba acerca de la flauta, quería animarme porque me veía muy dejada, me gusta ver que hay gente que confía en mí. Le comenté la posibilidad de hacer fotografía y me dijo que cree que tendría que profundizar tanto en fotografía como perfeccionarme en flauta y entonces teniendo unos conocimientos más o menos importantes, decidir. Me sonreía y me miraba cómo sabiendo que esa charla me llegaría, que haría mella en mí... me sonreía como orguyosa intuyendo que me ira bien... me gusta que confíen en mí, pero es una responsabilidad. Te fayas a tí mismo y también a los demás.



Sigo confusa.