He estado pensando y la verdad, esque siempre he visto alguna vez al camión de danone, al de los bollos martínez, al de los periodicos, incluso al chinito saliendo del eroski con un carro lleno de cervezas hasta arriba que luego el venderá a precios de vertigo. Pero nunca, en mis dieciséis años (vale, no he tenido mucho tiempo), pero el suficiente como para plantearme: ¿Dónde se mete el golosinero? Esa personilla feliz, pues tiene que serlo siendo golosinero, pequeñito y regordete que va repartiendo las gominolas a las diferentes gominolandias de los diferentes barrios de nuestra ciudaD. Nunca lo he visto y es una pena, tiene pinta de ser un tipo agradable.
Otra cosa he pensado en relación con la golosina. La gente, cuándo va a Estados Unidos que está muy de moda, vuelve asustado de la cantidad de McDonals que ven por la calle, pero, ¿alguien se ha fijado de la cantidad de gominolandias que hay por la calle? ¡Es increíble! Luego los adultos se quejan de la obesidad infantil. Yo recuerdo, que hace seis años, cuando estuve en Canadá sólo ví una tienda de golosinas y fue al de 13meses de estar allí y por casualidad. Allí no comían golosinas como las conocemos aquí. Además esa tienducha a la que sólo pude ir dos veces, no tenía buena pinta, ni buenas golosinas. Porque una tienda de golosinas que se precie, nunca, NUNCA está vacía. Y si lo está les aconsejo que se alejen de ella, pues sus golosinas estarán revenidas o yo que se qué.
Otro saludo, la tercera entrada de hoy.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment